Con la caída de las monarquías en el siglo XIX, aquellas ideas fundadas en el individualismo, de libre mercado y propiedad privada, se llenaron de éxtasis con la creación de los estados liberales.
Con la revolución industrial se llenaron los bolsillos de poder, el viento se torno gris, al igual que las aguas, sus bocas se llenaron de químicos, sus corazones se encogieron en la medida que su avaricia les blindo el pecho.
Hablamos de ustedes, esta es su historia, de la que tanto se enorgullecen, capitalistas, invasores de la tierra, come lo todo, contra todo, contra la vida misma, la misma madre que los engendro ahora vomita su desgracia.
La madre tierra, fue bautizada por el mercado bajo el nombre de “recursos naturales”, nos hicieron creer que podían saquearla, depredarla y explotarla por siempre, disfrazaron al lobo con palabras: progreso, éxito, eficacia, desarrollo… Ahora siembran arboles por los cerros asesinados, construyen escuelas y se llevan el oro.
Los pueblos originarios han sabido con sabiduría ancestral cuidar y defender la tierra, ahora es nuestro turno como comunidad universitaria, volver la mirada hacia las comunidades, y recuperar nuestro papel histórico de lucha y resistencia san carlista. Acompañemos este esfuerzo por defender la madre tierra y el territorio, por una vida digna, lejos de la mecánica artificial y acelerada impuesta por el capital. Por la autodeterminación de los pueblos, por las flores en resistencia:
¡NO más contaminación de la vida!
¡NO más represión comunitaria!
¡Fuera cementos progreso de San Juan Sacatepéquez!
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